leeme porfavor, estoy retebueno

El final de semestre siempre es malo para mi blog y para los de casi todo el mundo, aunque debo admitir que ni siquiera está tan pesado, es solo que es malo, además también debo admitir que parte de mi poco interés por mi blog es mi novia, no me quejo, pero usted lector finísimo, culto y con buen gusto merece algo mejor (creo que llevo diciéndolo desde que empecé con esto). Y la verdad… es que si sigue leyendo mi blog a estas alturas es que es usted una buena persona, y por lo tanto no espera tanto de mí.
Así que les dejo dos cosas, la primera es un dibujo que hice hace tiempo sobre cómo se siente pesado lo que no es tan pesado.
Y la segunda es un maravilloso anuncio sobre un maravilloso perro que vi cuando tenía a bien pasar enfrente de una clínica veterinaria, literalmente es el supercan, sueño húmedo de toda perra que lo ve pasar.
Cosa que me recuerda un experimento en el que se quería probar si un estimulo condicionado, ósea algo así como una luz, podía provocar las respuestas de los animales ante hembras digamos “receptivas” ósea facilonas, ya que cada vez que hay una hembra receptiva da señales que indican que esta ganosa por así decirlo, entonces el macho usemos para este ejemplo un gallo, que tiene su harem de gallinas y es el sueño húmedo de todas y cada una de ellas, hace un despliegue de su tamaño y color.
El chiste del experimento es que ponen a la gallina en un privado de pelodromo gallinesco o mejor dicho plumodromo, y al gallo en un cuarto frente al privado pero con la cortinita cerrada, después de presentarle una luz se le permite pasar para hacer su chacachaca de gallo con la gallina, después de varios ensayos de emparejamiento, al gallo solo se le presenta la luz y su despliegue de tamaño y color se presenta, e incluso aveces quiere copular con el foco. Usted cultísimo lector seguramente se está preguntando, y si no debería, eso de que chingados me sirve o me importa, pues si un mago ogt lo convierte en gallo y como hasta los gallos tienen su corazoncito deberá aprender a la menor provocación dar uno de sus despliegues de tamaño y color para aumentar sus probabilidades de que le afloje una gallina. (y asi poderle ganar el mandado a otros gallos)
O mejor si lo quieren aterrizar, las personas hombres y mujeres que aprender, normalmente inconscientemente, a dominar estas claves visuales que indican cuando alguien del sexo opuesto, o a veces del mismo sexo si es que eso les gusta, está dispuesto a coitorrear, sin decirlo.
Cosa que me recuerda otro experimento donde a un hombre y una mujer atractivos les pidieron en una universidad que les preguntaran a todos los del sexo opuesto con quien se toparan si tendrían sexo con ellos.
Lo que ocurrió fue muy simpático, 4 de cada 5 o 3 de cada 4, no recuerdo bien, hombres dijeron que si tendrían sexo con esa mujer desconocida, mientras que de 300 mujeres ninguna acepto, por otro lado creo que solo 3 de 300 hombres aceptaron ir a tomar un café con la mujer, y más de la mitad de las mujeres aceptaron el café.